lunes, 25 de noviembre de 2013

EL DESPERTAR DE NILA

Aquella mañana era diferente, sus músculos se distendieron y su cuerpo se liberó de la soga de años. De pronto se sintió floja y ágil, y su cerebro lleno  de visiones negras y pasados que ya no tenían ningún sentido, se fundió con un cuerpo diferente capaz de remover las arenas que la habían aprisionado durante años...

salvó de su encierro los cuadernos de la juventud que había dejado en nblanco para casarse, y en las tardes frías de aquel año memorable, comenzó a  plasmar sus reflexiones de años. Escribió sobre el respeto hacia uno mismo, antes que hacia los demás, cosa que acababa de descubrir, ya que siempre le habían enseñado lo contrario. Tenía sesenta y cinco años, pero aún había tiempo, El horizonte de su vida se abría ante una nueva etapa: mantenía vivas las ilusiones, su cuerpo aún era resistente y sus recursos infinitos...