NOVELA
La escultura y la guerra. la amistad y el amor,la lectura y la fotografñia.
viajes y encrucijadas en EL ÚLTIMO AGUSTINO
domingo, 8 de febrero de 2015
jueves, 5 de febrero de 2015
JUGUEMOS AL PARCHÍS
A los partidos políticos
se les llena la boca de letras que
arrojan formando frases de victoria: ¡VAMOS A GANAR!
En esas borracheras de
victorias deseadas, anticipadas en el
tiempo, dicen y hacen cualquier cosa para convertir en realidad sus sueños de
grandeza. No importa qué. Todos quieren ser los mejores, pero por encima de
todo lo que quieren es ganar.
Ayer jugando al parchís
con mi nieta (y en ese afán que tienen los niños por llegar los primeros a las
casillas del color de la victoria) sentí la necesidad urgente de explicarle
(puesto que la sociedad enseña lo contrario) que el verdadero éxito consiste en
participar y muy especialmente –dados los tiempos que corren—en no dejarse
comer por el adversario, para lo cual es necesario utilizar estrategias
limpias: no hacer trampas, calcular bien, algunas veces aliarse con el
compañero etc etc., pero siempre con la verdad por delante y la disposición a
participar con honestidad, para que el
juego consiga lo que persigue: ilustración y participación.
Señores de la elite, o
sea, del capital de las instituciones de los partidos mayoritarios...Abandonen
sus intentos de aplastar a los débiles y de asestarles puñaladas cuya sangre
queda congelada en lanieve del largo invierno que estamos padeciendo. Todos
tienen derecho a participar. La sangre,
que curiosamente los mas débiles donan altruistamente, es igual de roja en
todas las especies: el banquero más afamado la tiene roja, igual que el
vagabundo que implora unas migajas a las puertas de sus bancos. Los militantes
de partidos políticos, a los que
pretenden comerse, esos que van a ganar, también la tienen del mismo color y los ciudadanos que vemos y oímos cada día las traiciones del grande sobre el pequeño, la tenemos igualmente roja. Por favor olviden la puñaladas traperas, son cosas de otros tiempos y
de otras gentes que no tiene otro
recurso más que el de las sanguijuelas.
JUGUEMOS AL PARCHÍS
A los partidos políticos
se les llena la boca de letras que
arrojan formando frases de victoria: ¡VAMOS A GANAR!
En esas borracheras de
victorias deseadas, anticipadas en el
tiempo, dicen y hacen cualquier cosa para convertir en realidad sus sueños de
grandeza. No importa qué. Todos quieren ser los mejores, pero por encima de
todo lo que quieren es ganar.
Ayer jugando al parchís
con mi nieta (y en ese afán que tienen los niños por llegar los primeros a las
casillas del color de la victoria) sentí la necesidad urgente de explicarle
(puesto que la sociedad enseña lo contrario) que el verdadero éxito consiste en
participar y muy especialmente –dados los tiempos que corren—en no dejarse
comer por el adversario, para lo cual es necesario utilizar estrategias
limpias: no hacer trampas, calcular bien, algunas veces aliarse con el
compañero etc etc., pero siempre con la verdad por delante y la disposición a
participar con honestidad, para que el
juego consiga lo que persigue: ilustración y participación.
Señores de la elite, o
sea, del capital de las instituciones de los partidos mayoritarios...Abandonen
sus intentos de aplastar a los débiles y de asestarles puñaladas cuya sangre
queda congelada entre las nieves del largo invierno que estamos padeciendo. Todos
tienen derecho a participar. La sangre,
que curiosamente los mas débiles donan altruistamente, es igual de roja en
todas las especies: el banquero más afamado la tiene roja, igual que el
vagabundo que implora unas migajas a las puertas de sus bancos. Los militantes
de partidos políticos, a los que
pretenden comerse, esos que van a ganar, también tienen del mismo color , y los ciudadanos que miramos y
oímos con asombro las traiciones de cada día, la tenemos igualmente roja. Por favor olviden la puñaladas traperas, son cosas de otros tiempos y
de otras gentes que no tienen otro
recurso más que el de las sanguijuelas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)