viernes, 24 de marzo de 2017

Oficios

El panadero escritor se sentó en la silla. La silla estaba enharinada como corresponde a la silla de un panadero, pero también tenía colgadas en el respaldo un montón de letras. Las letras eran negras, como corresponde a las letras del escritor que escribe sobre el papel blanco. Blanco era el papel donde el escritor panadero plasmaba sus sentimientos, sus vivencias; su experiencia con el horno donde el pan se cuece. Se cuece en la mente del escritor panadero una nueva historia que comienza a fermentar al mismo tiempo que una nueva masa fermenta sobre la artesa de madera. La madera sugiere al escritor un nuevo oficio en el que las manos son tan protagonistas como en la confección del pan o las historias que cuentan las letras negras sobre el papel. El papel que desempeña cada uno en la vida, es igual de importante para todos. Todos somos tan necesarios como el pan que cuece el pandero,la historia que cuenta el escritor, el mueble que crea el carpintero. El carpintero también sabe medir y sumar y calcular, lo mismo que el panadero, no sé si el escritor...El escritor en cambio debe tomar con cuidado las letras que cuelgan del respaldo de la silla. La silla ya no puede con tanta letra acumulada, porque el escritor panadero con el calor que desprende el horno, se ha quedado dormido sobre la artesa donde reposa la cuartilla. la cuartilla se mueve con la respiración agitada del panadero escritor y cae cerca del horno que desprende una chispa envenenada. Envenenada está la noche del escritor panadero que se deja arrasar por una minúscula chispa. La chispa, una mota minúscula, pone fin a la noche.

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